La mayoría de las veces, pensamos algo, sentimos otra cosa y hacemos todo lo distinto.
Tenemos un dialogo interno, que si nos paramos a escuchar, coexisten varias voces. El pensamiento va por libre y a menudo recibimos mensajes contradictorios, que nos arrastran a la duda, a la falta de claridad y a una sensación caótica de estar perdidas.