Para que la mujer pueda acceder a la energía de su corazón, su verdadera esencia, debe primero sanar su vientre, curar la herida ancestral de lo femenino.
Para ello, tómate un tiempo para ti, conecta y siente tu útero. Visualiza, imagina que una luz brillante, diamantina, lo va alumbrando, iluminándote por dentro…
Respira y percibe la energía que se va despertando.
Pon tus manos en tu vientre y siente el calor. que emana tu caldero.
Pon un cuarzo rosado en él.
Crea un altar, con las fotos de tus ancestras y permite que sus historias lleguen a ti.
Siembra tu sangre menstrual.
Haz un rezo para que sea despertado…
Inspírate, escucha y activa tu propia manera de conectarte.
Es ahí donde está tu fuerza, tu creatividad y tu poder.
Ábrete a purificar, liberar y sanar, para vivirte plenamente. Deja atrás la ilusión del miedo y agárrate al amor hacia ti misma.
Día a día, más presente en ti, en tu vientre, en tu útero, tu hogar, tu casa, tu templo.
Desde ese lugar en ti se abren todas las puertas.
a paz en la mente es salud en tu cuerpo.
Cierra los ojos.
Párate y siente.
Percibe tu respiración.
Relaja tu cuerpo.
No hagas nada.
Estate presente.
Déjate llevar.
Respira simplemente respira.
Traspasa los límites de tu piel.
Permítete desaparecer en ese océano de energía, tu cuerpo se disuelve en él.
Bebé del manantial de vida, dentro de ti.
Empápate de serenidad.
Unid@ al Gran Misterio.
La medicina de la Meditación es para tod@s y estos días te ayudarán a conseguir equilibrio, ecuanimidad y mantenerte en una frecuencia vibratoria alta. Todo ello altamente benéficoso para nuestro sistema inmunológico.
Te animo a probar y prácticar !!
María