Uno de los recursos para conectarte y regresar a ti, es regalarte un paseo en silencio por la Naturaleza.
Al principio camina de forma dinámica, conectando con tu respiración y centrandote en las sensaciones corporales.
Cuando sientas que el fuego está activo en ti, percibe un lugar para conectarte y párate a sentir, suelta sacude, vibra tu cuerpo…
Siente la tierra bajo tus pies, siente el aire rozando tu piel, siente el calor y la luz del sol…siente el latido de tu corazón, siente tu aliento y deja que salga de ti un grito, un susurro, un canto, un rezo…
Ponte frente a un árbol, cierra los ojos y visualiza un hilo que nace de tu pecho y te conecta con él. Percibe la energía que os une y cuando estés lista acércate y abraza a ese gran espíritu que yace en el árbol.
Reconoce la vida y la existencia que lo habita. Activa el lenguaje de tu corazón y escucha.

Al regresar, ve despacio, lentamente saboreando cada paso, sintiendo el poder reparador y regenerador de la Madre Naturaleza.
Y agradece dándole un beso a la Tierra.
Cuando lo pruebas y lo integras estos paseos son pura medicina.
Con amor
María